30 ago 2011

El Partido Humanista expresa su rechazo ante la reforma constitucional


El pago de intereses a la banca será "prioridad absoluta" de los presupuestos públicos.
Madrid. 28/08/2011. El Partido Humanista quiere expresar su rechazo y oposición ante la reforma constitucional pactada por PSOE y PP que incluirá en la Carta Magna la limitación del déficit público. Esta medida, impulsada con carácter de urgencia y poco antes de unas elecciones generales, reitera el desprecio que muestran los políticos españoles ante las necesidades de la gente y su absoluta sumisión a los grandes poderes económicos.
Los titulares de los grandes medios y sus explicaciones, repletas de teorías económicas y tecnicismos difíciles de comprender, ayudan a ocultar la gravedad de una reforma que amenaza con limitar severamente los derechos de los ciudadanos. Dado que el mayor gasto que realizan las administraciones públicas va destinado a servicios sociales, en la práctica limitar el gasto es recortar en salud, en educación, en prestaciones por desempleo, en pensiones...
El proyecto de Ley Orgánica modifica un párrafo ya existente en al artículo 135 de la Constitución añadiendo una frase que muestra la completa sumisión de los políticos frente a los grandes capitales. Ese párrafo diría así: “Los créditos para satisfacer los intereses y el capital de la deuda pública de las Administraciones se entenderán siempre incluidos en el estado de gastos de sus presupuestos y su pago gozará de prioridad absoluta. Estos créditos no podrán ser objeto de enmienda o modificación, mientras se ajusten a las condiciones de la Ley de emisión”
Ningún otro gasto es calificado en la Constitución como de prioridad absoluta. A partir de la reforma, lo único que no podrá dejar de pagarse con cargo a los presupuestos del Estado son los intereses y el capital de la deuda pública. Deberán pagarse antes los intereses de la deuda que los salarios de los médicos, las pensiones de los jubilados o los subsidios de los desempleados.
Estos recortes sociales convertirán definitivamente en precarios los servicios públicos, abrirán las puertas de par en par para el beneficio de las empresas privadas, y condenarán a la mayoría de la población a una salud y educación cada vez más mermadas en recursos y calidad.
Los políticos vuelven a mostrar una vez más su desprecio por la gente. Su único interés es allanar el camino a los especuladores y los grandes capitales para que continúen actuando con una voracidad que parece no tener límites.
Los humanistas expresamos nuestro rechazo e indignación ante esta reforma. Pero, ademas, insistimos en que no hay salida para este sistema. El modelo económico, social y político que nos ha llevado hasta esta crisis está agotado. Es imposible, como pretenden algunos, buscar soluciones desde dentro del sistema, puesto que éste ya ha colapsado.
Desde 1984, año en que se legalizó el PH, hemos venido defendiendo una nueva forma de hacer política que debe sustentarse en una modificación radical de la relación entre capital y trabajo, la descentralización del poder y la no violencia activa como única metodología de acción válida.
En lo económico proponemos una economía mixta con la creación inmediata de una banca pública sin interés que elimine la práctica usurera de la banca tradicional y el impulso de empresas de propiedad participada de los trabajadores (en las que empresario y empleados compartan la gestión y los beneficios de la empresa). Además, es imprescindible que cualquier decisión importante sea consultada mediante referéndum a los ciudadanos. Una práctica que nuestros políticos han desterrado definitivamente como demuestra esta reforma hecha contra la gente y a sus espadal.
Por último, los humanistas impulsaremos y apoyaremos las movilizaciones y protestas que desde los distintos movimientos sociales sean puestas en marcha para detener esta reforma.

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