Comunicado de Prensa
La posición humanista ante la corrupción
El Partido Humanista se indigna, como muchas personas en este país y denuncia el actual estado de corrupción generalizada de las instituciones, comenzando por este gobierno con sus cínicas medidas, donde se dedican por un lado a perjudicar a la mayoría de la población con recortes y por otro a beneficiarse a ellos mismos y a sus amigos.
La “Bomba” Bárcenas que ya salpica a este gobierno y la “Bomba” Urdangarín”, que terminará salpicando a la propia institución Monárquica, son un ejemplo del regreso de las malas acciones humanas que por un tiempo pueden mantenerse hasta que se vuelven en contra de aquellos que las hacen. Esperamos que una gran mayoría de la gente, incluso de aquellos que en aún les apoyan, repudie y haga vacío a conductas tan inmorales y vergonzantes.
Los humanistas tenemos como máximo principio moral de coherencia la regla de oro, que dice: trata a los demás como quieres que te traten a ti. Y desde este principio tan sencillo surge una nueva escala de valores donde lo importante son los demás y las acciones que haga trataran de beneficiar a otros y coherentemente con ello yo me beneficio, obteniendo el agradecimiento por el buen acto, y ese debería ser el móvil de todo político: desvivirse por su pueblo (teniendo en cuenta a la mayoría) para mejorar las condiciones de vida de la población.
Si ponemos en relación esta actitud con el actuar que vemos a diario en la cosa publica, las actuales instituciones y quien las detenta van cogiendo un tono cada vez más anti-humanista, su móvil es el propio beneficio de quienes están a frente de ellas y el de sus amigos y familiares cercanos y el perjuicio de la mayoría.
Dimisión del gobierno y convocatoria de elecciones generales, ante la escandalosa sospecha de corrupción generalizada.
Reforma constitucional que incluya:
-Una Regeneración Política con la elaboración de una Ley de Responsabilidad Política para poder destituir al político que engaña e incumple lo prometido y se corrompe, mediante el voto de la ciudadanía, con un proceso constante y periódico de control por parte de los votantes.
-Desarrollo de mecanismos de democracia directa: Referendos vinculantes y obligatorios en todas las leyes que afecten a una mayoría de la población, entre ellos la forma de Estado que queremos, y todas las leyes últimamente aprobadas de recortes de derechos, así como una división efectiva de poderes legislativo, ejecutivo y judicial, estableciendo la elección directa de los órganos de gobierno de los jueces.
Quizás este y otros momentos como este que se irán produciendo y donde se pone en evidencia la descomposición moral de las instituciones es cuando es necesario apostar por lo nuevo que ya está naciendo, como se ha puesto en evidencia durante los dos últimos años con las movilizaciones que recorrieron el mundo y que han respirado mayoritariamente una actitud humanista y no violenta, y donde la acción política sea un compromiso de servicio a los demás y no un negocio de personas sin escrúpulos que solo actúan en su propio beneficio.
Es el momento de apostar por la Democracia Real y no Formal.
Es el momento de los hombres y mujeres valientes
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