Por un mundo sin armas nucleares
Mundo sin Guerras y sin Violencia organiza el viernes 6 de Agosto, la conmemoración del 65 aniversario de la bomba atómica que Estados Unidos lanzó sobre Hiroshima y unos días después , el 9 de Agosto, sobre Nagasaki.
Para recordar este día, hemos creado una grulla de 3 metros, este pájaro símbolo de la Paz en Japón, nos recuerda la historia de una niña afectada de leucemia por la bomba atómica y su deseo de vivir. Para ello puso un deseo en marcha: hacer mil grullas de papel. Ella murió cuando había hecho 644; sus amigos completaron las mil grullas y esta iniciativa se extendió por distintos lugares del mundo hasta hoy, en donde millares de personas este día hacen las grullas de la Paz, con el mismo deseo, vivir en un mundo en PAZ.
Con la Colaboración de la Concejalía de Asuntos Sociales del Ayuntamiento de A Coruña en este acto, también participan los niños de los campamentos de verano, en donde se expondrán sus dibujos y sus mensajes de Paz al lado de la grulla de 3 metros hecha para esta ocasión.
El acto tendrá lugar este viernes a partir de las 18 h en la Plaza de Lugo.
Hoy en día existen en el mundo más de 30.000 cabezas nucleares, capaces de volar el planeta 25 veces. Aquello que sucedió hace 65 años en Hiroshima y Nagasaki, hoy en día se puede repetir.
En la historia de la humanidad, la guerra siempre ha estado presente. Este drama es cada día más devastador pues los avances tecnológicos permiten a los violentos producir artefactos cada vez más destructivos. Hoy la amenaza nuclear pone a la humanidad al borde del abismo.
Las guerras y el armamentismo inciden negativamente en la economía de los pueblos al absorber presupuestos que deberían ir a educación, sanidad, cultura y a mejorar la vida. Sin embargo, la influencia que la industria armamentista tiene sobre los gobiernos y la sociedad hace que los países productores de armas presionen para mantener los conflictos y así consumir, utilizar y experimentar con sus armamentos a la vez que disfrazan su codicia con teorías sobre lo inevitable, necesario o incluso lo bonancible de los conflictos armados para sus economías.
En los comienzos del tercer milenio, lejos de apaciguarse, los conflictos en diferentes campos (económicos, étnicos o religiosos) tienden a incrementarse. Lo mismo sucede con el terrorismo. A su vez, y muy ligado al modelo que se propone, la violencia en la sociedad civil aumenta llegando a extremos inimaginables años atrás. Si no hay un cambio de dirección, el futuro traerá confrontaciones cada vez más violentas en distintos campos y en todas las latitudes.
Esta más que demostrado que el hambre en el mundo podría resolverse con el 10% de lo que se gasta en armamentos. ¿Podemos imaginar si se destinara el 30 o el 50%, para mejorar la vida de la gente en vez de aplicarlo en destrucción?
Después de siglos de violencia, es difícil imaginar la paz. Sin embargo, ¿por qué no trabajar en esta dirección intencionando cambiar el rumbo de la historia, construyendo un verdadero futuro de paz y no-violencia?
Consideramos que esa es nuestra responsabilidad como seres humanos. Definirse contra la guerra tiene sentido, es ético, coherente y urgente, dado el camino que están tomando los acontecimientos.
Mundo sin Guerras y sin Violencia